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Cuando la honradez es noticia, abunda la desconfianza


La creciente desconfianza en los cuerpos de seguridad del Estado y de las personas en general ha desencadenado que la honradez -un valor moral de obligatorio cumplimiento- sea cada vez más una impresionante historia.


La noticia de que un policía mexicano se encontró una bolsa con 2.400 dólares y la devolvió a su dueño le dio la vuelta al mundo. Medios españoles, por ejemplo, la destacaron en sus páginas web. Esa, en realidad, no debió ser una noticia trascendental. (Lea aquí la información detallada sobre el policía en El País, de España). 

Y no debió haber acaparado la mirada de los medios porque la honrada actuación del uniformado es la misma que debe desarrollar cualquier ciudadano. Lo correcto es devolver, a su dueño, lo que le pertenece. Es una norma moral que se debe aprender y recalcar en el hogar e incluso en la escuela. 

Si los medios de comunicación destacan esta acción del policía, debe incluso informar y destacar de la misma forma cada vez que una persona devuelva a su dueño lo que le pertenecía. Eso sería equitativo, si se trata de resaltar el valor de la honradez.

La verdadera noticia hubiese sido que el policía se quedara con la bolsa y el dinero, aunque se haya encontrado el paquete por el azar de la vida. Quedárselo tendría que generarle una pesada carga en su conciencia, al sentir pena porque alguien perdió una cifra económica que puede estar necesitando desesperadamente. 

También hubiese sido noticia que se robara el paquete.

En octubre de 2013, en Cúcuta, al oriente de Colombia, se dio una situación similar. Para ese entonces trabajaba como periodista Judicial del reconocido diario La Opinión. La jefa de prensa de la Policía informó que un uniformado se encontró una billetera y buscó a su dueño para devolvérsela. Ella relató lo sucedido con efusividad. Claro, se trataba de un acto honrado.

En cuestión de segundos, le respondí que eso no era noticia. Que el uniformado cumplió su deber ciudadano y que no podía publicar cada vez que una persona cumpliera con su deber.

La mujer me miró extraño. Era de esperarse. Le dañé el momento. Tal vez muchas personas piensen igual que ella, que se debe destacar lo bueno, lo positivo. Y estoy de acuerdo.

Sin embargo, considero que en este país todos siempre actúan honradamente. Hace parte de la cotidianidad. De hecho, cuando he perdido mi billetera, me la han devuelto. Entonces: si la honradez es noticia, es porque la desconfianza abunda.

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